Cada vez es mayor el número de deportistas de élite y aficionados que acuden a la consulta del osteópata. A finales de los 90, en Italia, donde apenas existían osteópatas, los mejores jugadores de fútbol, como Zidane, tenían carta blanca para consultar a osteópatas franceses. Por aquel entonces, en la época del Dream team, Cruyff hacía pasar revisiones osteopáticas durante las pretemporadas en Holanda con el fin de prevenir lesiones musculares durante la temporada. Y esto, que parece novedoso, no lo es tanto si nos fijamos en la figura del quiropráctico americano, lo más parecido (no igual) al osteópata europeo que integra desde hace varias décadas los equipos médicos de los equipos de la NBA. Lo dijo Michael Jordan: «Desde que he estado en el quiropráctico, he mejorado notablemente mi rendimiento mental y físico».
En nuestro país, el osteópata es aquel profesional sanitario que posee una titulación universitaria en Ciencias de la Salud con una formación de máster o postgrado en osteopatía. Por lo tanto, la osteopatía no es una alternativa a la medicina convencional, sino una profesión complementaria, por su manera de abordar terapéuticamente al paciente y entender de forma holística su problema, que progresivamente va introduciéndose con más fuerza en nuestra sociedad.
HAY UNA GRAN confusión sobre el significado de la palabra osteopatía. Teniendo en cuenta su origen anglosajón (osteo y path), podemos definirla como el camino o fin que busca el equilibrio entre la estructura y la función del cuerpo, mediante un enfoque asistencial diferente, previo diagnóstico y tratamiento propio.
Debido a la gran expansión de la osteopatía en los últimos años en Europa, la disciplina ha requerido la creación de especialidades como es la pediátrica, la obstétrico-ginecológica, la esfera oro-facial y la deportiva. No existe regularización académica, aunque son una realidad por la práctica clínica diaria y por la formación continuada del osteópata.
Se calcula que el 80% de la población ha tenido en algún momento de su vida un dolor lumbar de consideración, siendo similar en la práctica deportiva. Es por el hecho de tratar este tipo de dolencia que es conocido mayoritariamente al osteópata. El abordaje terapéutico del osteópata con las mal llamadas manipulaciones vertebrales son de gran eficacia siempre y cuando se utilicen tras un estudio exhaustivo anátomo-neuro-fisiológico global del individuo y de su biomecánica vertebral, utilizándose para ello exploraciones complementarias como la RX o RNM. Estas manipulaciones deben ser aplicadas dentro de su plan de tratamiento asociándose diferentes técnicas, todas indoloras y nada bruscas, entre ellas las de ajuste vertebral de alta velocidad y corto recorrido, valoradas por el osteópata antes de iniciar su tratamiento.
Los objetivos del plan de tratamiento osteopático ante el deportista son dos, bien diferenciados. Extrapolable a cualquier persona no deportista, ya sea niño o adulto. El primer objetivo es a corto plazo: el osteópata intenta restaurar el equilibrio global del individuo para mejorar el estado de salud del deportista y así conseguir estar en la próxima competición, carrera, torneo o partido, que siempre es el más importante.
EL SEGUNDO objetivo es a medio y largo plazo, personalmente el más complicado: la prevención, donde la osteopatía aporta la máxima eficacia de su tratamiento. La finalidad es la de ayudar al deportista a mejorar su rendimiento deportivo y minimizar el riesgo de lesiones. Para ello, el osteópata buscará, encontrará y tratará las compensaciones y adaptaciones que el deportista sufre propias del deporte, es decir, por el contacto físico, caídas, condiciones del terreno de juego, la climatología, etcétera y las propias por el deporte, como son las diversas acciones mecánicas que conlleva el gesto deportivo de forma repetitiva y acumulativa.
Lo que aporta el osteópata es una parte del trabajo multidisciplinar, vital para conseguir un mejor rendimiento deportivo y que el deportista, ya sea profesional o aficionados, pueda disfrutar de la práctica deportiva en las mejores condiciones cumpliendo con sus objetivos: ganar Champions Leagues, Final Fours, Roland Garros o el simple partido con los amigos.
Fuente: http://www.elperiodico.com/es/noticias/deportes/print-251984.shtml
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